viernes, 28 de agosto de 2009

Resistencia al imperialismo, para los que le tocó sudáfrica

Fue colonizada por holandeses e ingleses hacia el siglo XVII: en 1652 el holandés Jan van Riebeeck establece el primer asentamiento, un puesto de aprovisionamiento para la Compañía Holandesa de las Indias Orientales en la actual Ciudad del Cabo. Pero la dominación inglesa que comenzó con la primera ocupación del Cabo entre 1795-1803, produjo el éxodo de los descendientes de holandeses (conocidos como Boers o Afrikaners) hacia el norte. Esta gesta es conocida como Groot Trek, o Gran Travesía, estableciendo nuevas colonias: Estado Libre de Orange y Transvaal cuyas independencias reconoció Inglaterra.

El descubrimiento de diamantes, en Kimberley hacia 1860, y oro, en la región del Transvaal pocos años después, resultaron en la ocupación británica de esos nuevos estados y en las Guerras Anglo-Boer que establecieron el dominio definitivo de los británicos.

Luego de la independencia de Inglaterra, de la 'Unión Sudafricana' en 1910, siguió un período de unas tres décadas en el que el poder fue compartido, no sin dificultades, entre ambos grupos de descendientes hasta los años 1940 cuando el Partido Nacionalista Afrikaner pudo obtener, y mantener por muchos años, una fuerte mayoría en el gobierno.

Los estrategas del Partido Nacionalista inventaron el apartheid como una manera de asegurarse el control sobre el sistema político, social y económico de la nación. El objetivo inicial era mantener la dominación blanca y extender la separación racial. Hacia los años '60 comenzó el llamado 'Grand Apartheid' que enfatizó la separación territorial y la represión policial.

Con la sanción de las leyes del apartheid, luego del triunfo electoral del Partido Nacionalista, se institucionalizó la discriminación racial. Las leyes raciales abarcaron todos los aspectos de la vida social, incluyendo la prohibición del matrimonio y las relaciones sexuales entre blancos y no-blancos y la clasificación de algunos trabajos como 'exclusivos para blancos'.

Hacia 1950 la Ley de Registro Poblacional (Population Registration Act) requirió que todos los sudafricanos fueran clasificados racialmente dentro de una de las tres categorías siguientes: blanco, negro o 'coloreado' (de ascendencia mixta). La categoría de 'coloreados' incluía mayores subgrupos que abarcaban a indios (de India), asiáticos (pero no japoneses que eran considerados blancos ni chinos y malayos que encuadraban en otros subgrupos), chinos y malayos del cabo. Lo mismo ocurrió con los negros, africanos o bantúes con subgrupos que referían a sus grupos de origen como Basotho, Zulu, Xhosa, Tswana, Ndebele, etc.

La clasificación se basaba en la apariencia, aceptación social y ascendencia. Por ejemplo, un blanco era definido como 'en apariencia obviamente una persona blanca o generalmente aceptada como una persona blanca'. Esa determinación tomaba en cuenta sus 'hábitos, educación, discurso, conducta social y actitud' y nunca sería considerado blanco si alguno de sus ascendientes no lo era. Una persona negra debía ser, o ser aceptada como, miembro de una tribu africana y una persona 'coloreada' era alguien que no encuadraba en las dos categorías anteriores. El Departamento de Asuntos Internos (Department of Home Affairs) era responsable de esta clasificación a través del Ente de Clasificación Racial (Race Classification Board). No cumplir con las leyes raciales implicaba ser tratado con la máxima dureza legal.

En 1951 la Ley de Autoridades Bantúes (Bantu Authorities Act) estableció las bases para el gobierno étnico de la 'reservas' africanas, conocidas como 'homelands' ('tierra de nacimiento o tierra madre'). Estos 'homelands' eran estados independientes al que eran asignados los africanos de acuerdo a su ficha de origen, la que muchas veces era incorrecta. De esa manera todo acto político, especialmente el voto, fue restringido a la esfera del homeland al que fuera asignado, perdiendo la ciudadanía sudafricana y todo derecho a verse involucrado en actividades parlamentarias sudafricanas pese a que el Parlamento mantenía una completa hegemonía sobre los homelands. Se crearon cinco de estos pseudo estados: Transkei, Ciskei, Venda, Zululand y Bophuthatswana. Todas las personas negras fueron obligadas a llevar el 'pass book', una suerte de documento de identidad que agregaba su clasificación racial, impresión digital e información sobre su autorización para acceder a determinadas áreas blancas, generalmente por causas laborales. Las administraciones de los homelands se negaron a admitir la independencia manteniendo la presión por los derechos políticos de la mayoría negra dentro de una Sudáfrica única.



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