MAHATMA GANDHI
Discurso al Congreso Nacional Indio del 7 de agosto de 1942 (selección)
Hay gente que tiene odio en sus corazones hacia los británicos. Yo he oído a gente decir que estaban disgustados con ellos. La mente de la gente común no diferencia entre un británico y la forma imperialista de su gobierno. Para ellos ambos son lo mismo. Hay gente a la que no le importa la llegada de los japoneses. Para ellos, quizá, significaría un cambio de amos.
Pero esta es una cosa peligrosa. Ustedes deben removerla de sus mentes. Esta es una hora crucial. Si permanecemos quietos y no jugamos nuestra parte, no estaremos en lo cierto.
Si son solamente Gran Bretaña y Estados Unidos quienes luchan en esta guerra, y si nuestro papel es solamente dar ayuda momentánea, sea que la demos voluntariamente o nos la tomen en contra de nuestros deseos, no será una posición muy feliz. Pero podemos mostrar nuestra firmeza y valor solamente cuando esta sea nuestra propia lucha. Entonces cada niño será un valiente. Lograremos nuestra libertad luchando. No caerá del cielo.
Yo sé muy bien que los británicos nos tendrán que dar nuestra libertad cuando hayamos hecho suficientes sacrificios y probado nuestra fuerza. Debemos remover el odio a los británicos de nuestros corazones. Al menos, en mi corazón no hay tal odio. De hecho, yo soy ahora un amigo más grande de los británicos de lo que lo fui nunca.
La razón para esto es que en este momento ellos están en apuros. Mi amistad demanda que yo debo ponerlos al tanto de sus equivocaciones. Como yo no estoy en la posición en que ellos se encuentran, yo estoy en condiciones de señalarles sus equivocaciones.
Yo sé que ellos están al borde del abismo, y que están casi por caer en él. Sin embargo, aún si ellos quieren cortarme las manos, mi amistad demanda que yo debo tratar de empujarlos lejos de tal abismo. Esta es mi pretensión, ante la cual mucha gente puede reír, pero no me importa, yo digo que esta es la verdad.
En el momento en que estoy por lanzar la mayor campaña de mi vida, no puede haber odio hacia los británicos en mi corazón. El pensamiento que, porque ellos están en dificultades, yo debo darles un empujón está totalmente ausente de mi mente. Nunca ha estado allí. Puede ser que, en un momento de enojo, ellos puedan hacer cosas que puedan provocarlos. Sin embargo, ustedes no deber recurrir a la violencia; eso pondría a la no-violencia en la deshonra.
Cuando ocurren tales cosas, ustedes deben asumir que no me encontrarán vivo, doquiera pueda estar. Su sangre estará sobre vuestra cabeza. Si ustedes no entienden esto, será mejor si rechazan esta resolución. Redundará en vuestro crédito.
¿Cómo puedo culparlos por las cosas que ustedes no son capaces de comprender? Hay un principio en una lucha, que ustedes deben adoptar. No creer nunca, como yo nunca he creído, que los británicos van a caer. Yo no los considero como una nación de cobardes. Yo se que antes de que ellos acepten la derrota cada alma en Gran Bretaña será sacrificada.
Ellos pueden ser derrotados y pueden dejarlos a ustedes como dejaron a los pueblos de Birmania, Malasia y otros lugares, con la idea de recapturar cuando puedan el territorio perdido. Esa puede se su estrategia militar. Pero suponiendo que nos dejen, ¿qué nos ocurrirá? En tal caso Japón vendrá aquí.
La llegada de Japón implicará el fin de China y quizá también de Rusia. En estas cuestiones, el Pandit Jawarharlal Nehru es mi gurú. Yo no quiero ser el instrumento de la derrota de Rusia ni de China. Si tal cosa ocurre me odiaré a mi mismo.
Ustedes saben que me gusta ir a gran velocidad. Pero puede ser que yo no esté yendo tan rápidamente como ustedes quisieran. Sardar Patel es relatado como habiendo dicho que la campaña debe estar finalizada en una semana. Yo no quiero ser apresurado. Si finaliza en una semana será un milagro, y si esto ocurre significará el ablandamiento del corazón británico.
Puede ser que la sabiduría descienda sobre los británicos y que ellos entiendan que es equivocado poner en prisión al mismo pueblo que quiere luchar por ellos. Puede ser que sobrevenga un cambio en la mente de Jinnah, también.
La no-violencia es un arma incomparable, que puede ayudar a todos. Yo sé que no hemos hecho mucho por el camino de la no-violencia y sin embargo, si tales cambios sobrevienen, asumiré que es el resultado de nuestro trabajo durante los últimos veintidós años y que Dios nos ha ayudado a alcanzarlo.
Cuando yo levanté el lema “Dejen India” el pueblo de la India, que estaba entonces abatido, sintió que yo había puesto ante él una cosa nueva. Si ustedes quieren la libertad verdadera, habrán de unirse, y tal unión creará verdadera democracia –igual a la que no hace mucho fue intentada o presenciada.
Yo tengo mucho leído acerca de la Revolución Francesa. Mientras estuve en la cárcel leí el trabajo de Carlyle. Tengo una gran admiración por el pueblo francés, y Jawarharlal me ha dicho todo sobre la Revolución Rusa.
Pero yo sostengo a pesar que ellas eran luchas por el pueblo no eran luchas por la verdadera democracia, que yo visualizo. Mi democracia significa que cada uno es su propio amo. He leído suficiente historia, y no he visto tal experimento a tan gran escala por el establecimiento de la democracia mediante la no-violencia. Una vez que ustedes entiendan estas cosas olvidarán las diferencias entre hindúes y musulmanes.
La resolución que es puesta ante ustedes dice:
“No queremos permanecer como ranas en una charca. Estamos alentando una federación mundial. Ésta solamente vendrá a través de la no-violencia. El desarme es posible sólo si ustedes utilizan la incomparable arma de la no-violencia.”
Hay gente que puede llamarme un visionario, pero yo soy un verdadero bania y mi negocio es obtener swaraj.
Si ustedes no aceptan esta resolución no estaré apenado. Por el contrario, danzaré con alegría, porque entonces ustedes de relevarán de una tremenda responsabilidad, que ustedes están ahora poniendo sobre mí.
Les pido que adopten la no-violencia como una cuestión de estrategia. Conmigo es un credo, pero en tanto ustedes están implicados les pido que la acepten como una estrategia. Como soldados disciplinados ustedes deben aceptarla totalmente, y adherirse a ella cuando se unan a la lucha.
La gente me pregunta hasta qué punto soy el mismo hombre que era en 1920. La única diferencia es que soy mucho más fuerte en ciertas cosas ahora que en 1920.
New York Times, 8 de agosto de 1942
Discurso durante una revista militar al Ejército Nacional Indio, 5 de julio de 1943
¡Soldados del Ejército de Liberación de la India!
Hoy es el día más magnífico de mi vida. Hoy la Providencia ha querido darme el privilegio y honor sin par de anunciar a todo el mundo que el Ejército de Liberación de la India ha comenzado a existir. Este ejército ha estado en formación militar en el campo de batalla de Singapur, la que antes fue baluarte del Imperio Británico.
Este es no sólo el Ejército que emancipará a la India del yugo británico, también es el Ejército que de allí en más creará el futuro ejército nacional de la India Libre. Cada indio debe sentirse orgulloso de que este Ejército, su propio ejército, haya sigo organizado completamente bajo conducción india y de que cuando llegue el momento histórico, bajo conducción india irá a la batalla.
Hay gente que una vez pensó que el Imperio en el que nunca se ponía el sol era un imperio eterno. Tal pensamiento nunca me preocupó. La historia me ha enseñado que todo imperio tiene su declinación y colapso inevitable. Además he visto con mis propios ojos ciudades y fortalezas que una vez fueron bastiones pero que se convirtieron en los cementerios de imperios pasados. Estando sobre el cementerio del Imperio Británico, incluso un niño se convence de que el todopoderoso Imperio Británico es ahora una cosa del pasado.
Cuando Francia declaró la guerra a Alemania en 1939 y comenzó la campaña, no hubo sino un sólo grito que se alzó de los labios de los soldados alemanes: “¡A París, A París!” Cuando los valientes soldados de Japón iniciaron su marcha en diciembre de 1941 no hubo sino un grito que se alzó de sus labios: “¡A Singapur, A Singapur!” ¡Camaradas! ¡Soldados! Hagan que su grito de combate sea: “¡A Delhi, A Delhi!” No sé cuántos de nosotros sobrevivirá individualmente a esta guerra por la libertad. Pero sé que finalmente ganaremos y que nuestra tarea no finalizará hasta que nuestros héroes supervivientes tengan un desfile victorioso en otro cementerio del Imperio Británico: el Lal Kila o Fortaleza Roja de la antigua Delhi.
A través de mi carrera pública, siempre he sentido que aunque India está madura para la independencia en todos los aspectos, ha carecido de una cosa: de un ejército de liberación. George Washington de América pudo luchar y ganar la libertad, porque tenía su ejército. Garibaldi pudo liberar Italia, porque tenía sus voluntarios armados tras él. Es vuestro privilegio y honor ser los primeros en adelantarse y organizar el ejército nacional de la India. Al hacerlo habéis removido el último obstáculo en nuestro camino hacia la libertad. Estad felices y orgullosos de ser los pioneros, la vanguardia, en tan noble causa.
Déjenme recordarles que tienen dos tareas a ejecutar. Con la fuerza de los brazos y al costo de vuestra sangre ustedes habrán de ganar la libertad. Entonces, cuando India sea libre, tendrán que organizar el ejército permanente de la India Libre, cuya tarea será preservar nuestra libertad para siempre. Debemos construir nuestra defensa nacional sobre una base tan firme que nunca más en nuestra historia perdamos nuestra libertad.
Como soldados, ustedes siempre habrán de preservar y dar vida a los tres ideales de fidelidad, deber y sacrificio. Los soldados que siempre permanecen fieles a su nación, que siempre están preparados para sacrificar sus vidas, son invencibles. Si ustedes, también, quieren ser invencibles, sepulten estos tres ideales en la parte más profunda de sus corazones.
Un verdadero soldado necesita tanto entrenamiento militar como espiritual. Ustedes deben, todos ustedes, entrenarse y entrenar a sus camaradas de manera que cada soldado tenga confianza ilimitada en sí mismo, sea consciente de ser inmensamente superior al enemigo, no tenga miedo a la muerte, y tenga la iniciativa suficiente como para actuar por sí mismo ante cualquier situación crítica que surja. Durante el curso de la presente guerra, ustedes han visto con sus propios ojos qué maravillas puede lograr el entrenamiento científico, unido al coraje, la valentía y el dinamismo. Aprendan todo lo que puedan de este ejemplo, y construyan para la Madre India un ejército moderno absolutamente de primera clase.
A aquellos de ustedes que son oficiales, me gustaría decirles que su responsabilidad es muy dura. Piensen que si la responsabilidad de un oficial en todo ejército en este mundo es de por sí grande, es mucho más grande en el caso de ustedes. Por nuestra esclavización política, no tenemos una tradición como la de Mukden, Port Artur o Sedan que nos inspire. Tenemos que desaprender algunas de las cosas que los británicos nos enseñaron y aprender muchas que ellos no nos enseñaron. Sin embargo, tengo confianza en que ustedes aprovecharán la ocasión y cumplirán la tarea que sus compatriotas han hecho caer sobre sus valientes soldados. Recuerden siempre que los oficiales pueden hacer o deshacer un ejército. Recuerden, también, que los británicos han sufrido derrotas en tantos frentes principalmente a causa de oficiales incompetentes. Y recuerden también que de vuestras filas nacerá el futuro estado mayor del Ejército de la India Libre.
A todos ustedes diré que en el curso de esta guerra tendrán que adquirir la experiencia y lograr el éxito que solamente pueden construir una tradición nacional para nuestro ejército. Un ejército que no tiene tradición de coraje, temeridad e invencibilidad no puede sostenerse en una lucha contra un enemigo poderoso.
¡Camaradas! Ustedes han aceptado voluntariamente una misión que es la más noble que la mente humana puede concebir. Para el cumplimiento de tal misión ningún sacrificio es demasiado grande, ni aún el sacrificio de la propia vida. Ustedes son hoy los custodios del honor nacional de la India y la personificación de las esperanzas y ambiciones de la India. Condúzcanse de manera que sus compatriotas los bendigan y la posteridad esté orgullosa de ustedes.
He dicho que hoy es el día más magnífico de mi vida. Para un pueblo esclavizado, no puede haber mayor orgullo, ni más alto honor, que ser el primer soldado en el ejército de liberación. Pero este honor lleva con él la responsabilidad correspondiente y estoy profundamente consciente de ello. Les aseguro que estaré con ustedes en la oscuridad y a la luz del sol, en la pena y en la alegría, en el sufrimiento y en la victoria. Por el momento, no puedo ofrecerles nada excepto hambre, sed, privación, marchas forzadas y muerte. Pero si me siguen en la vida y en la muerte, como tengo confianza que harán, los conduciré a la victoria y a la libertad. No importa quién de nosotros viva para ver a la India libre. Es suficiente que India sea libre y que demos todo para hacerla libre. ¡Quiera Dios bendecir a nuestro Ejército y concedernos la victoria en la lucha que vendrá!
Inquilab Zindabad ! Azad Hind Zindabad
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